miércoles, 25 de mayo de 2011

Enfermedades curiosas… lo que el cerebro nos oculta


  • Anasognosia: suele producirse cuando un traumatismo daña la parte derecha del cerebro, paralizando a su vez la parte izquierda del cuerpo. En algunos casos el paciente ve su brazo paralizado pero cree que se mueve. Si se le pide que se anude los cordones de los zapatos, lo intentará hacer con una sola mano y evidentemente no podrá concluir la tarea, pero él creerá que lo ha conseguido como si tuviera dos manos útiles.
  • Negligencia hemisférica: se produce por un deterioro de los centros visuales de un lado del cerebro, lo que provoca que el enfermo sólo vea la mitad de las cosas. Estos pacientes sólo comen, por ejemplo, el lado izquierdo del plato, escriben en el lado izquierdo del folio o se atan sólo el zapato izquierdo.
  • Síndrome de Korsakov: suele aparecer en pacientes con alcoholismo crónico. Se trata de una lesión cerebral que provoca amnesia. El paciente es incapaz de recordar los nuevos hechos o experiencias, su memoria a corto término está gravemente afectada, sólo recuerda hechos antiguos, anteriores a la enfermedad. La persona cree que tiene la edad que tenía al empezar esta enfermedad y piensa que se encuentra viviendo en esa época. Todo lo que hace actualmente se le olvida rápidamente. Muchas veces se confunde con Alzheimer.
  • Síndrome de Capgras: es un trastorno de la capacidad de identificación. El paciente ve la cara de su cónyuge, por ejemplo, y está seguro de que se trata de un impostor. Parece que se debe a alguna desconexión entre el mecanismo físico del reconocimiento visual y la memoria afectiva. El sujeto ve un rostro conocido, pero no experimente las reacciones afectivas correspondientes a la visión de un ser querido, por lo que interpreta que es un impostor. A veces se asocia con trastornos bipolares de la personalidad o con una apatía social selectiva.
  • Síndrome de Munchausen: se trata de uno de los llamados trastornos ficticios más graves. El paciente simula sufrir enfermedades mediante la ingestión de productos dañinos e incluso se practica heridas y mutilaciones para llamar la atención y así beneficiarse de las supuestas ventajas de ser cuidado. Se llega a confundir con la hipocondría.
  • Síndrome de Tourette: se caracteriza por una serie de tics compulsivos que van desde simples movimientos faciales a tics vocales. En este último caso, el paciente se ve incapaz de controlar los sonidos y vocablos que emite. A veces, el sujeto dice tacos sin control en cualquier situación, a lo que se denominacoprolalia. Uno de cada 200 sujetos con tics crónicos puede llegar a padecer este trastorno de origen genético.
  • Tricotilomanía: afecta a un 1% de la población. El enfermo arranca compulsivamente el pelo de cualquier parte del cuerpo: cabeza, cejas, pecho, zona púbica…
  • Visión ciega: los pacientes parecen totalmente ciegos, al menos respecto a una parte de su campo visual. Si se les pregunta si pueden ver un objeto en esa zona, la respuesta es negativa. Pero si se les fuerza a señalar dónde se halla ese objeto, indicará el lugar correcto. De alguna manera, sus mecanismos visuales se han interrumpido. Pueden ver, pero no son conscientes de ello.
  • Síndrome del Acento Extranjero: existen 50 casos localizados en el mundo de este extraño trastorno, que surge cuando varias conexiones de los centros de control del lenguaje en el lado izquierdo del cerebro sufren un daño. Algunos pacientes generan un patrón de lenguaje completamente distinto al propio. En ciertas ocasiones, el individuo termina hablando con acento distinto al de su país o una lengua irreconocible, producto de la mezcla de varios idiomas con los que haya tenido contacto. Se tiene conocimiento de algún caso en la antigüedad y que había clasificado como xenoglosia (la capacidad de hablar lenguas desconocidas para el paciente).
  • Ceguera al movimiento: una variedad muy rara de visión ciega. El paciente ve bien los objetos estáticos, pero no percibe el movimiento. Si echa el café en una taza, capta sin problemas la cafetera, el plato, la taza… pero el chorro aparece ante sus ojos como una columna helada e inmóvil. Es un mal inhabilitante. Los coches, las personas, las imágenes de televisión aparecen y desaparecen de pronto a distancias diferentes, pero se pierden en cuanto se mueven. Los pocos casos conocidos se han producido tras un accidente cerebro-vascular